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Por: Mayra Dávila

En las relaciones, todas y todos podemos enfrentarnos a diferencias y conflictos, pero cuando una persona en la relación usa la manipulación para hacerte dudar de tu percepción de la realidad, estás frente a una situación llamada gaslighting. Este término se refiere a una forma de abuso emocional que afecta la seguridad y bienestar emocional de quien lo vive. Aquí te explicamos qué es y cómo identificarlo para que no lo vivas. 

El gaslighting es una forma de manipulación psicológica que busca que una persona dude de sus propias percepciones, recuerdos o decisiones. El término gaslighting proviene de una obra de teatro de 1938 llamada Gas Light, en la que un hombre manipulaba a su esposa para hacerla creer que estaba perdiendo la razón.

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Es importante conocer las señales de gaslighting para identificar esta manipulación a tiempo. Aquí tienes algunas de las más comunes:

• Negación de la realidad: La persona manipuladora puede negar que algo ocurrió, incluso si tú tienes claro que sí sucedió. Puede usar frases como “Eso nunca pasó” o “Estás inventando cosas”.
• Desvalorización de los sentimientos: También puede llegar a usar frases como: “Eres demasiado sensible” o “Estás exagerando” que  buscan invalidar tus emociones y hacerte sentir que no tienes derecho a sentirte como te sientes.
• Distorsión de los recuerdos: En una situación de gaslighting, la persona manipuladora puede cambiar detalles de lo que ocurrió o hacerte dudar de cómo recuerdas una conversación o situación.
• Culpa constante: Una de las tácticas es hacerte sentir culpable por conflictos o problemas, diciéndote que tú eres la responsable de los problemas o que “siempre haces todo mal”.

¿Cómo evitar el gaslighting? 

La forma de protegerte de esta manipulación esta en reconocerla y establecer límites, para ello es importante que:

1. Confíes en tus percepciones y emociones: Si te sientes confundida o insegura sobre una situación, respira hondo y date un momento para reflexionar. Escúchate y si algo incómoda, es momento de prestarle atención.  
2. Hables con alguien de confianza: Compartir tus dudas con una amiga, familiar o incluso un experto, como un terapeuta, te puede ayudar a darte una perspectiva más clara y objetiva. No tengas miedo de pedir apoyo. 
3. Establezcas límites claros: Si reconoces que te están gaslighteando, es importante que establezcas límites sobre lo que consideras aceptable y lo que no, como no permitir que se cuestionen tus emociones o versión de los hechos. Por ejemplo, si alguien te quiere hacer dudar de lo que recuerdas, ser firme y decir: “Sé cómo me siento y eso es lo que cuenta para mí”. 
4. Documentes las conversaciones importantes: Si frecuentemente dudas de cómo sucedió la conversación, puedes escribir un resumen de la conversación o confirmar acuerdos hechos.

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Recuerda que no eres responsable de las acciones de los demás, ya que el gasligthing suele hacer creer a las víctimas que son responsables de los problemas o emociones de la persona manipuladora. Si no te sientes segura en una relación, y comienzas a dudar que la otra persona sea buena en tu vida, es mejor retirarse.

No olvides que, si la situación se torna más complicada, siempre es bueno buscar ayuda profesional para poder resolverlo. Tienes derecho y mereces relaciones en las que se te respete y valore. 

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