Por: Valeria Bocanegra
Hace unas semanas en las redes sociales no se hablaba de otra cosa que del “secreto detrás de las marcas de lujo”. Lo anterior, como consecuencia de un video subido por el usuario chino Wang Sen en TikTok en el que aseguraba ser el proveedor de las famosas bolsas Birkin de la marca francesa Hermés. Aunque TikTok bajó el video de Wang Sen, el usuario ha abierto nuevas cuentas para continuar denunciando estas prácticas. El usuario sostiene que fabricar un bolso Birkin cuesta alrededor de 1400 dólares en China, pero que se vende en 38 mil dólares porque el logo se coloca en Francia. Todo esto se da dentro de un contexto político particular: Trump ha implementado aranceles de hasta el 145% a China.
El subtexto detrás de estos videos es pues, intentar evidenciar la dependencia que tiene Estados Unidos de China pues, según usuarios de TikTok, los artículos de lujo que dan tanto estatus a los estadounidenses se fabricarían en China. Por supuesto, estos usuarios no hacen estos videos con fines altruistas, sino que buscan atraer clientes para que les compren directamente a ellos productos que, supuestamente, son de la misma calidad que los originales, pero sin el costo que implica tener el logotipo de Hermes u otra marca de lujo (otra usuaria afirma ser la fabricante de la ropa de Lululemon). Y más allá de que estos videos puedan interpretarse como oportunismo, marketing o, inclusive, propaganda del gobierno chino como respuesta a los aranceles impuestos por Trump, lo cierto es que no podemos obviar la conversación que generaron.
La viralidad de estos videos ha suscitado algunas preguntas que trataremos de responder aquí, como: ¿es cierto que las marcas de lujo producen sus artículos en China? ¿por qué los productos de marcas como Hermes, Chanel o Louis Vuitton son tan caras? Si no se fabrican en China, ¿en dónde y cómo se fabrican? Pero también otras más fundamentales como ¿por qué queremos comprar artículos de lujo? ¿realmente necesitamos esos artículos? ¿cuánto le cuesta al planeta la producción de estos bolsos?
Como mencionamos al inicio, la popularidad de este tema surge en un contexto de guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, para lo cual te vamos a proporcionar un poco de contexto.
Esta guerra arancelaria no es nueva. Durante su primer mandato, Trump (2017-2021) inició una guerra comercial contra China. El eje central de este enfrentamiento fue imponer aranceles (es decir, impuestos a las importaciones) sobre productos chinos con el objetivo de reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China (es decir, que EEUU recibía más importaciones de China que China de EEUU), así como presionar al gigante asiático para que cambiara prácticas comerciales consideradas injustas, como la piratería y las restricciones a las inversiones extranjeras.
Durante su segundo mandato, el presidente Donald Trump ha intensificado la guerra comercial contra China. En abril de 2025, la administración de Trump elevó los aranceles sobre productos chinos hasta un 145%, el nivel más alto registrado hasta la fecha. Esta medida se justificó como una respuesta a prácticas desleales.
China respondió imponiendo aranceles del 125% a las importaciones estadounidenses y restringiendo la exportación de minerales estratégicos, como las tierras raras, esenciales para industrias tecnológicas y de defensa. Aunque Trump después moderaría sus medidas, es evidente que las tensiones entre China y Estados Unidos son cada vez más palpables para los consumidores de a pie. Sólo para ponerte un ejemplo, ahora las compras a través de plataformas como Shein o Temu han aumentado significativamente, pues ahora los usuarios tienen que pagar hasta 400 dólares de impuestos.
Pero todo esto, ¿qué tiene que ver con los bolsos de lujo y los videos virales de TikTok? Todo porque para entender un video no basta con entender lo que se dice sino también quién lo dice y cuándo lo dice.
En este caso, se trata de usuarios que radican y comercian en China y que, por si eso no fuera suficiente, comparten esta información a través de una plataforma china. Aunque no lo dijeron explícitamente, estos usuarios eligieron el momento más tenso de las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos para, supuestamente, revelar el secreto detrás de los bolsos Birkin. Se trata de un tiempo muy conveniente para poner de relieve la importancia de China en la economía global. Por eso hay quienes han interpretado estos videos como una suerte de propaganda china, sobre todo en un contexto en el cual el gobierno de Trump va perdiendo popularidad incluso entre sus simpatizantes.
Como siempre, hay que ver con ojos críticos este tipo de videos y recordar que no todo lo que vemos en redes sociales corresponde con la realidad.
Entonces, ¿es o no cierto que las marcas de lujo son made in China? De acuerdo con datos de CNN, la respuesta es: sí, pero no. En el video de Wang Sen, el comerciante mencionó que cuando un producto tiene la etiqueta “hecho en China” automáticamente se percibe como algo cheap o, como decimos en México chafa; es decir, una marca de lujo no puede ser hecha en China. Entonces, según este creador, la solución que han encontrado marcas como Hermes es preensamblar en China y terminar de ensamblar en Francia para así, poder poner en la etiqueta que el producto está “Hecho en Francia”.
Según Regina Frei, profesora de sistemas sostenibles y circulares en la Universidad de las Artes de Londres, “Muchas marcas de lujo preensamblan algunos artículos o componentes en China antes de ensamblar el producto final en Francia e Italia. Esto podría incluir piezas como los complejos componentes de un reloj caro o el empaque de un bolso de diseñador. Sin embargo, no hay forma de saberlo con certeza debido a la opacidad de las cadenas de suministro de lujo” (CNN). Este dato es fácilmente comprobable cuando vamos directamente la página de Hermes, en la sección de Desarrollo sostenible, en la cual la marca asegura que, con el fin de limitar su impacto en el ambiente, “resultan de especial relevancia la transparencia, la seguridad y la dimensión local de las filiales de suministro”, aunque no proporcionan más información ni de sus proveedores ni de sus fabricantes.
¿Significa esto que estos proveedores fabrican Hermes o Lululemon, pero sin el costo del logo? De acuerdo con la abogada especialista en propiedad intelectual Cynthia Solis si bien es posible que las marcas tengan proveedores fuera de Europa, también es cierto que las marcas firman acuerdos de confidencialidad con todos sus proveedores. De hecho, Lululemon ya ha declarado que no tiene ninguna relación comercial con la fábrica que aseguraba confeccionar los leggins de Lululemon. Con esta información podemos concluir que es muy poco probable que los Tiktokers que invitan a comprar directamente con ellos sean los proveedores de las marcas de lujo porque, ¿por qué estarían dispuestos a perder una relación comercial tan importante con el afán de protestar en contra de los aranceles impuestos por Estados Unidos? Por otra parte, tampoco queda claro ¿qué beneficio obtendría el consumidor si de cualquier forma tendría que pagar impuestos altísimos al comprar un producto de China? Parece más bien que se trata de fábricas que manufacturan clones, bolsos piratas o, como les gusta llamarles ahora dupes de estas marcas de lujo.
Ahora bien, si ya tenemos un poco más de certeza de que estos videos están esparciendo información falsa, la pregunta que sigue es ¿por qué son tan caras las bolsas de Hermes? Si nos guiamos por la información que hay en su página oficial o por videos que explican el proceso de fabricación podemos inferir que los costos elevados se deben al proceso artesanal de fabricación.
Según la página de Hermes, el 71% de las fábricas de su marca están en Francia, lo que ya de entrada significa un alto costo en mano de obra (aunque surge la pregunta: ¿en dónde se encuentra el otro 29%?). Asimismo, aseguran utilizar materiales de alta calidad y cuidar minuciosamente cada paso de la fabricación de los bolsos. Cada pieza debe pasar por altos estándares de calidad. Si nos preguntaras a nosotras, la verdad es que no estamos seguras de que incluso tomando en cuenta esta información estos bolsos valgan lo mismo que una camioneta del año.
Sin embargo, el valor de estos artículos de lujo no está únicamente en el costo de sus componentes, sino en lo que dice de ti: da el mensaje de que tienes dinero suficiente para pagar esos accesorios y que, en cierto sentido, eres exitosa (financieramente al menos). Esto, a su vez, lleva a la gente a tratarte diferente. Al final de cuentas, lo que venden marcas como Louis Vuitton, Chanel o Hermes es estatus.
Este estatus está respaldado por marcas centenarias radicadas en Europa que, tenemos que decirlo, evidencian el eurocentrismo que impera en las comunidades occidentales. Se trata, también, de un malinchismo en el que se asume que, si viene del extranjero (siendo el extranjero Europa y no China) es mejor. O la creencia muchas veces equivocada de que a mayor precio mayor calidad.
Además, estas marcas también están muy preocupadas por mantener una escasez artificial para darle un halo de exclusividad a sus productos. Por ejemplo, Hermes es una marca famosa debido a que no es suficiente que tengas el dinero suficiente para pagar un bolso con ellos, sino que también tienen una lista de espera y les dan prioridad a sus clientes anteriores. Por su parte, Louis Vuitton destina una alta cantidad de recursos humanos y financieros a combatir la piratería de su marca a nivel mundial; pero la marca de equipaje va más allá de eso: si es que alguna vez quedan excedentes de sus productos, prefieren destruir accesorios en perfecto estado antes que darlos en descuento, para evitar que la marca se devalúe (Buy Now: The Shopping Conspiracy, 2024, dir. Nic Stacey).
Como te podrás imaginar, a pesar de la imagen que quieran mostrar estas marcas, la huella de carbono que dejan sus productos no es poca. Ya que se utilizan recursos naturales para fabricar productos que luego son desechados, todo en pos de mantener el estatus de marca de lujo. Por otra parte, la sostenibilidad no se reduce al uso de materiales amigables con el ambiente, sino también a la responsabilidad social que tienen las marcas. En ese sentido, los casos de Louis Vuitton, Chanel, Balenciaga, Hugo Boss y Christian Dior son bastante deplorables si tomamos en cuenta que son casas de moda que aumentaron su riqueza durante la Segunda Guerra Mundial debido a su estrecha relación con los nazis. Por eso, cuando compramos algo siempre debemos hacernos la pregunta: ¿hacia dónde va mi dinero? ¿quiénes se benefician de mi compra? ¿cuánto le cuesta al ambiente esta compra?
El objetivo de Tiktokers como Wang San era exponer la garrafal diferencia que hay entre el costo de fabricación y el precio de venta de artículos de lujo de marcas como Hermes. Ya vimos, entonces, que es poco probable que estos creadores sean los proveedores de marcas de lujo y que, en cambio, se trata más bien de una campaña de marketing y, quizás, un poco de propaganda en contra de los aranceles implementados por la administración de Trump.
Por otro lado, observamos que las marcas de lujo tienen cierto grado de opacidad en los procesos de producción y en el origen de sus materiales. Asimismo, mostramos diferentes estrategias que utilizan las marcas de lujo para mantener el estatus de lujo y exclusividad y, así, poder mantener precios elevados, impagables para la mayoría de las personas. Estas estrategias no sólo son absurdas, sino que también son dañinas para el medio ambiente. Vimos también que, en ocasiones, la fortuna de marcas como Chanel, Balenciaga o Louis Vuitton están marcadas por relaciones vergonzosas y reprobables con los nazis.
Aquí estamos ante las dos caras de la misma moneda llamada consumismo. Por un lado, los fabricantes en China invitando a los usuarios a comprar en masa y, por otro, las marcas de lujo vendiendo exclusividad directa desde Francia o Italia (y pasando por quién sabe cuántos países antes de su destino final). Ante este escenario, tenemos que ser consumidoras responsables y hacernos algunas preguntas: si no supieras que el bolso Hermes cuesta 38 mil dólares, ¿gastarías 1300 dólares en una bolsa china (o en varias)? Estamos casi seguras de que la respuesta será no. Porque lo que nos motiva a comprarles a los productores chinos es la ilusión de obtener un artículo de lujo por una fracción de su precio.
Pero para convertirnos en consumidoras más responsables también debemos reflexionar: ¿realmente necesito este bolso? ¿Por qué necesito un bolso de lujo? Y, lo más importante, ¿cuánto le cuesta al planeta mi bolso -de China o de Francia? Piensa en el costo energético que supone transportar estos productos para que lleguen a ti. Pero, tranquila, ya sabemos que el problema es mucho más grande que eso. Sin embargo, siempre podemos contribuir a reducir nuestra huella de carbono. En México tenemos opciones de marcas locales que fabrican productos de excelente calidad que, debido a su producción local, son más económicas y, por supuesto, más sostenibles. Te invitamos a que te animes a ir a los bazares o mercaditos de tu ciudad y explores las marcas hechas en México.
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